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ES | No es nuestra, sino que somos de ella

En esta nota te cuento la experiencia vivida junto a Chicos por Un Mundo Unido en la Isla del Delta.

El sábado 23 de octubre fuimos con los Chicos por Un Mundo Unido a la Isla Margarita  que queda en el Delta, provincia de Buenos Aires, donde funciona como una hostería y restaurante.

En la Isla hay un asilo donde viven varias personas mayores, fuimos a visitarlos. Llevamos plantines para regalarles, cantamos algunas canciones y sin duda fue una mañana distinta tanto para ellos como para nosotros, donde la alegría estaba presente.

Me encantó el día que pasamos tanto en el hogar de las personas mayores como en el resto de la isla, porque aunque estaba medio lluvioso y nublado hicimos caminatas en medio de una naturaleza que no parecía real, era increíble. También realizamos varias acciones ecológicas

Algunos de los chicos que estuvimos el día allí les compartimos nuestra experiencia:

“El viaje fue muy completo. Hicimos varias cosas y eso me gusta, estar siempre activo.
Fue hermoso charlar y cantarles a los abuelos, poder donarles algo de nosotros. También rescato mucho que siempre estuvimos acompañados por la inmensa naturaleza del lugar, que por cierto es hermosa.” Francisco B., 16 años.

Soy Lautaro, tengo 11 años, sinceramente el viaje no me gustó sino que me encantó! Estuve con gente que es muy especial ya que es como mi familia! Siempre son todos muy amables. Conocí lugares nuevos y me gustó demasiado! Espero volver pronto al hospital o asilo de abuelos ya que fue una maravilla estar con ellos y que me cuenten de su vida!

Fue la segunda vez que fui a la Isla. Me encantó la experiencia en su totalidad, desde los traslados hasta las actividades que después hicimos allí. El lindo ambiente que se generó cuando nos reunimos con los abuelos, duró para toda la jornada. Amor, aprendizajes, buena onda, reencuentros con amigos. Me divertí mucho y me gustó haberles podido alegrar el día a los residentes del geriátrico y haber aportado un granito de arena al planeta ayudando a limpiar las laterales del río. Volví súper feliz a casa.” Candela B., 15 años

El paseo fue increíble en todo sentido. La alegría es lo que predominaba. Entre fútbol y caminatas en la pura naturaleza, todo estaba bien. Al final del día, hicimos plantines con plantas nativas y juntamos plásticos. Me llevo mucho compromiso para cuidar la naturaleza a pleno! No cabe duda que con nuestras simples sonrisas y canciones invadimos la isla de amor.

Sin duda este día me llenó de conocimiento y alegría, pero sobre todo una mirada, una nueva mirada con respecto al otro, y a la naturaleza. Porque la tierra no es nuestra sino que nosotros somos de ella.

por Valentina Mucchiut, redacción Teens Conosur

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