Es por eso que me gustaría compartirte algo de lo que vivimos, cada uno desde un lugar distinto de nuestra Argentina.
Destino: Valle de Calamuchita, Córdoba – “Tiempo de calidad”
“Eran los últimos momentos con mis amigos, antes de ir hacer la experiencia a la Mariápolis Lía y quería tener un tiempo de calidad con ellos. Entonces, fuimos al Valle de Calamuchita. No había señal, ni Internet, nada y fue espectacular porque me dije: voy a vivir a full el presente, conectar a full con la naturaleza y los demás, ya que después ya no iba poder estar con ellos. ¡Valoré esta experiencia más que nunca! Nos fuimos por 4 días, y me olvidé que existía el mundo! Estuvo muy bueno. Cuando volví fue raro porque fue como uff, volver al mundo. Es una señal que necesitaba desconectar para conectarme.” Fran, 18 años, Córdoba.
Destino: Santiago del Estero – “Abrir los ojos”
“Fui a Santiago del Estero a misionar. En principio íbamos a ir 7 días pero fueron 5 debido a los contagios que habían.
Los chicos de ahí eran muy atentos, muy curiosos. Estaban dispuestos a hacer todas las propuestas que les hacíamos. Había un grupo de madres, jóvenes, confirmación.
Las actividades que hacíamos eran entre juegos y catequesis “actividades catequéticas”. Teníamos que explicar todo de cero ya que ellos nunca habían tenido catequesis.
También había misas, cantábamos y bailábamos.
Fue muy chocante escuchar que para terminar la secundaria se tienen que ir a otro pueblo que queda muy lejos, y la mayoría no tiene la posibilidad. Es muy difícil. La gente de allá no tiene dinero que le sobre, y viven con lo justo. Hace mucho calor, hay escasez de agua y recursos. Fue muy fuerte todo. Fue ponerse a la altura de ellos y ponerse en su realidad. Fue una experiencia muy linda para mí que me enseñó mucho, a apreciar todo lo que tenemos. Me abrió mucho los ojos.” Antonella, 18 años, Bs.As
Destino: Mendoza – “Potenciar nuestra fe”
Y te cuento algo de mis vacaciones. Tuve una experiencia super enriquecedora en Mendoza, diez días, en donde 90 chicas de toda la Argentina, de distintas provincias, nos juntamos a potenciar nuestra fe. Esto fue llevado a cabo por el movimiento de Schoenstatt, en el cual todas formábamos parte. Hubo momentos de recorrida, juegos, actividades para conocernos, y mucha unión. Lo que más me llevo es la paz que tuve en esos días, ya que en ningún momento usé el celular. Fue renovarme en todo sentido, y volví encendida para irradiar todo este fuego con el que tengo al lado!
Valentina Mucchiut, redacción Teens Conosur